Punto de encuentro
- @legadodelaUDS
- 26 nov 2017
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 23 ene 2018
Salamanca ha vivido hoy una jornada muy especial. Hoy el fútbol ha vuelto a unir una ciudad, pero la paradoja es que lo ha hecho dividiéndola en dos equipos, que además medían sus fuerzas en la que un día fue la casa de sus dos aficiones.

DES-UNIÓN EN LA GRADA
Hoy el Helmántico ha sido el punto de encuentro entre Salmantino y Unionistas. Ambos equipos se enfrentaban por primera vez, y lo hacían con un ambientazo total. Más de 10.000 personas se daban cita esta tarde para ver un derbi de Tercera División, y aunque finalmente el partido se lo llevó el Salmantino (1-0), lo de menos hoy es el resultado.
Salamanca ha perdido hoy una gran oportunidad para reencontrarse con su propia historia. Hoy pudimos haber mostrado al mundo nuestro amor eterno por la UDS. Mañana podríamos haber abierto los periódicos e informativos de toda España dando un bonito ejemplo de deportividad, demostrando los valores de la Unión, o recordando y perpetuando la memoria del equipo de nuestras vidas… pero lamentablemente la realidad es otra.
Hoy varios actos debían haberse evitado, ciertas canciones no deberían haberse pronunciado, y es que los cánticos de “Unionista el que no bote” por parte del Salmantino, o “Ese escudo no lo merecéis” desde Unionistas desmerece en gran parte a ese equipo al que todos tiempo atrás pertenecíamos. El homenaje que merecía la Unión Deportiva Salamanca tendrá que esperar, al menos por el momento, ya que ni siquiera el minuto 23 (en referencia al año de fundación -1923- de la desaparecida UDS) fue capaz de unir a ambas aficiones para cantar el himno de la Unión a capela. Ni para eso nos hemos puesto de acuerdo.
Sinceramente, creo que hoy era un día de fiesta, de recuerdo, de hermanamiento, y lo hemos desaprovechado. Eso da que pensar, porque si no somos capaces de aparcar por unos minutos nuestras rivalidades y diferencias a favor de lo que una vez nos unió… quizás es que ninguno de los dos clubs sea digno sucesor de la UDS.
Por eso mismo hoy me voy a casa contrariado, triste por ver a mi afición dividida; pero también orgulloso de esta tierra, de esta ciudad, y de estos equipos. En realidad hoy también fue un día glorioso, porque hoy se demostró que Salamanca quiere y necesita fútbol, y no olvidéis que precisamente hoy estuvimos a punto de llenar el Helmántico, nuestra casa, y que casi lo conseguimos juntos.
Hoy aprendí que nuestros caminos están obligados a realizarse por separado, pero quiero creer que algún día volveremos a entonar un mismo cántico: ¡HALA UNIÓN!
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