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Actualidad y objetividad

Compartir o construir

  • Foto del escritor: @legadodelaUDS
    @legadodelaUDS
  • 17 mar 2018
  • 3 Min. de lectura

Salamanca es una ciudad única. El arte y la cultura inundan sus calles. Sus paisanos derrochan hospitalidad y buen humor, pero deportivamente hablando el sentido común brilla por su ausencia.

Fútbol y política nunca deberían ir de la mano, pero lamentablemente en muchas ocasiones la supervivencia de un club depende en gran parte del apoyo económico y la inversión que realiza el ayuntamiento a nivel de infraestructuras, materiales, etc.


Salamanca cuenta con uno de los mejores estadios de la provincia. De hecho, nada tiene que envidiarle a los de la mayoría de equipos que militan en segunda división, e incluso algunos de primera. El Helmántico ha sido durante casi medio siglo el feudo de la Unión Deportiva Salamanca, pero tras su desaparición se puso a la venta en forma de subasta a través del proceso concursal. Justo en este momento es donde se produce el punto de inflexión, el Ayuntamiento debió pujar en aquel entonces por el estadio, luchar por conservar el patrimonio, y conservar la memoria de la UDS, pero como ya sabéis no fue así. Hacienda lo valoró en torno a los quince millones de euros, y finalmente el estadio fue adquirido por un inversor mexicano por una cifra ligeramente superior al millón de euros.


No municipalizar un recinto tan majestuoso e histórico como el Helmántico fue el peor de los errores, y podríamos empezar pagar las consecuencias. El mayor problema no es que el estadio pertenezca a un grupo inversor al que poco o nada le importa Salamanca, sino que existe la posibilidad de que de un día para otro sus intereses y relaciones comerciales varíen e incluso se desvanezcan, dejando a esta ciudad sin un estadio de referencia.


Para más inri, hace un par de meses el consistorio anunciaba que tenía en mente la realización de un nuevo estadio municipal. En principio su utilización estaría abierta para todos los equipos salmantinos que lo solicitasen, pero las palabras del alcalde Alfonso Fernández Mañueco dejan entrever que el proyecto estará destinado más bien a satisfacer el deseo de Unionistas de abandonar las pistas y contar con un estadio propio.


La creación o mejora de infraestructuras deportivas sería una gran noticia para la ciudad de no ser por su elevado coste. Hace un par de días se hacía público que la realización del proyecto superará el millón de euros, y por lo tanto tendrá mismo e incluso mayor coste que lo que hubiese costado la adquisición del Helmántico. Eso por no hablar de la abismal diferencia a nivel de calidad, aforo, tipo de terreno... que presentan el actual y el futuro estadio.


¿No sería más sensato que el ayuntamiento destinase ese dinero para suplir las carencias de equipos mucho más necesitados? Es más, ¿de verdad no creéis que lo ideal sería que tanto Salmantino UDS como Unionistas jugasen en el Helmántico? Precedentes de clubs rivales que comparten el mismo estadio hay bastantes, ¿quién no conoce la dualidad de San Siro (Italia), donde Inter y Milan se baten en duelo cada fin de semana? Roma y Lazio también comparten el estadio Olímpico, Fluminense y Flamengo hacen lo propio con Maracaná, el estadio Azteca se llena tanto con aficionados del América como del Cruz Azul, etc.


Si lo pensamos fríamente deberíamos reconocer que esto sería lo más beneficioso para todos: el nombre de la ciudad y del estadio ganarían el doble de fuerza y publicidad; los equipos podrían aumentar sus ingresos, compartir gastos de mantenimiento, ganar socios y aforo, etc; y todo esto sin olvidar que el ayuntamiento ahorraría una suma de dinero con la que podría ayudar a centenares de equipos modestos. El fútbol base salmantino está en jaque. Decenas de clubs tienen problemas de horarios debido a la concentración de equipos pugnando por un mismo campo como el caso de Capuchinos, y muchos otros necesitan una mejora de los terrenos de juego como Trinitarios o Salesianos.


¿Debería entonces Unionistas preguntar a la entidad propietaria del Helmántico por la posibilidad de compartir el feudo con el Salmantino, o tendría que ser el Ayuntamiento de Salamanca quien se preocupase por intentar recuperar el patrimonio de nuestra ciudad? Lo ideal sería que el consistorio se hiciese con el estadio, pero para ello los mexicanos tendrían que estar dispuestos a vender... y el Ayuntamiento a abonar una cantidad que presumiblemente será poco o nada asequible.


No obstante, ya es hora de dejar a un lado los favoritismos, las rencillas internas, las envidias insanas, y abogar de una vez por todas por el sentido común. También es cierto que podemos seguir boicoteándonos los unos a los otros, u odiándonos por no compartir los mismos ideales, pero esta cerrazón solo logrará aumentar los niveles de mediocridad de nuestro fútbol. ¿Compartir o construir? Esa es la cuestión.

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© 2018 por @legadodelaUDS

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